La fractura social. Sofá, Carrefour y viceversa.

«Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado».

Miguel de Unamuno, hace algo más de un siglo, nos advertía que el futuro hay que labrarlo en el presente y que no se puede vivir del pasado. El tiempo es lineal, esto implica que avanza inexorablemente y no va a dar una tregua. No se puede deshacer una acción, cuan error en Microsoft Word.

Por tanto, cada actuación en el presente tendrá una consecuencia en el futuro. Es el llamado «efecto mariposa». Esto en al economía es más que evidente, en forma de burbujas, crisis, recuperaciones económicas, paro, etc.

La economía es el motor de un país. Un país rico lo es si económicamente está bien posicionado. Pero se puede ser rico en muchos otros aspectos. Esos otros tipos de riqueza, si hay una buena gestión por parte de la masa dirigente, desembocarán en un país económicamente fuerte y con una economía sólida.

¿Qué factores pueden hacer que un país sea rico no económicamente hablando? Por un lado está la riqueza en bienes naturales. Materías primas. Países de Oriente Medio han podido convertirse en auténticas potencias económicas gracias al petróleo. Países africanos poseen minas de diamantes, etc. Otra cosa es la gestión de la clase dirigente, como comentaba, de esta riqueza natural. Y el reparto de la misma.

Otra fuente de riqueza puede ser el clima. Los países mediterráneos, con un clima benévolo y suave, pueden explotar la producción agrícola, ganadera, etc. En añadido, el turismo será una buena fuente de generación directa de ingresos, e indirecta mediante los servicios asociados. Esto es extensible a países caribeños, países con zonas turísticas potentes como Tailandia, India, China, etc.

Si bien hay más factores de crecimiento intrínsecos a un país/zona/región, el indudable motor para la explotación de los mismos es el capital humano. El principal motor de una familia/empresa/sector/región/país es la gente. Si por ejemplo una empresa de 10 trabajadores considera que no debe realizar nuevas contrataciones, la única manera de adaptarse al mercado y crecer será mediante la formación continuada de estos 10 trabajadores. Si se encierran en la empresa y no miran afuera, al mercado, no aprenden idiomas y nuevas técnicas de trabajo están condenados a desaparecer, a no ser que tengan un producto tan bueno que mantenga el estatus por si solo.

Esto es plenamente exportable a un país. El hecho de conocer mercados internos y especialmente externos, de disponer de una mano de obra preparada y formada, con ganas de trabajar, de disponer de una clase política y dirigente activa motivadora de la clase trabajadora, de unos sindicatos fuertes que promuevan y alienten el trabajo… en definitiva de remar todos en la misma dirección, se antoja clave para prepararse para el futuro. Ese tiempo que se echa encima del que está sentado en el sofá viendo tarde tras tarde mujeres, hombres y viceversa. Aunque dudo que las mujeres y los hombres de verdad acudan a un programa de ese tipo.

Por tanto, hay que ganar la batalla al tiempo. Al futuro. Actualmente estamos viviendo una época de fractura social. Nos encaminamos a un escenario en el que la mitad de la población dispondrá de una formación y un trabajo, cualificado o no, pero seguramente técnico. Con un salario mayor o menor, y seguramente viviendo en zonas determinadas. Y el resto de la población, debido a factores tales como la formación, factores culturales, económicos, políticos, pasará los días del sofá al Carrefour y viceversa. Malviviendo con un salario aportado por la mitad de la población que trabaja y viviendo aislado de la misma. Y seguramente realizando, a cambio de este salario-pensión-retribución una serie de tareas sociales que no podrá realizar la parte de gente que trabajará remuneradamente (servicios sociales, limpieza de calles y bosques, etc.)

El tiempo es inexorable, pero manda señales. Quiero creer que la clase política, el lobby dirigente, no quiere una sociedad dividida en la cual la mitad gobernante disponga de mano de obra barata para ejecutar sus políticas. Este tipo de escenarios solo pueden acabar con gobiernos fuertes y/o revoluciones sociales. Y mientras la población de base tenga una vivienda, un mando a distancia, internet en el móvil y un coche molón, ya les estará bien. Sin revoluciones sociales, el dictatorialismo está al caer. Y con unas pensiones o subsidios por desempleo muy próximos al salario base, no se fomenta el trabajo.

Avisados estamos. Un hoy vale por dos mañanas, según Benjamín Franklin. Estamos a tiempo de cambiar el futuro. Quitad la pila al mando. Levantad del sofá.

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