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Lo que la verdad esconde. Qué estoy pagando con mis impuestos.

En estos días en los que se debate sobre la conveniencia o no de la eliminación del Senado, convirtiéndose de esta manera en el cuarto país europeo que realiza este paso, me planteo exactamente qué estoy pagando como ciudadano y contribuyente.

 Así, de entrada, estoy pagando 17 Autonomías y 2 ciudades autónomas. En añadido unas 8.101 entidades locales, entre Ayuntamientos, Diputaciones, Consejos y Cabildos, según datos de 2011. A destacar que más del 70% no abarcan siquiera 1.000 habitantes.

 El Parlament de Catalunya, por poner un ejemplo cercano a mí, cuenta con 135 diputados para 7.000.000 de ciudadanos censados. Hay que sumar los 350 diputados del Congreso. Más los miembros del Senado.

 Estoy pagando varios canales públicos autonómicos y estatales. ¿Cuántos? ¿50? Hay que sumar las radios. ¿Son necesarias realmente? ¿Aportan valor añadido? Ah, un momento, si. Son medios de comunicación al servicio de los diferentes gobiernos donde propagar sus mensajes adoctrinadores. Los canales de información son estratégicos y los gobiernos no los van a soltar así como así. Pero, los ciudadanos, ¿podemos permitir esto? Sólo en pérdidas (no en presupuesto final) cada hogar español pagó 118€ en 2008, según Deloitte. Y yo sin abonarme a GolTv porque no tengo renta disponible para ello…

 Otro sector estratégico que malvive por falta de presupuesto pero que es clave para adoctrinar futuros votantes es el educativo.50 universidades públicas, con 50 directores, 50 consejos directivos, 50, 50, 50, 50… ¿Estamos asignando eficientemente los recursos en educación? No sería más eficiente una universidad estatal y el resto privadas (actualmente suman 24). Aún derivando en 17 universidades públicas, 1 por Autonomía, el panorama se presenta como más eficiente que el actual. Normal que la mejor universidad española no asome la cabeza entre las 200 mejores del mundo. No es posible con este escenario. Eso si, no cambiamos nada.

 Estoy pagando una Corporación Catalana de medios visuales, una Oficina catalana anti-fraude, embajadas catalanas en el extranjero, todo ello con evidentes duplicidades con la administración Central. Además, existen las gallegas, vascas, andaluzas, etc… ¿Tienen las empresas privadas más delegaciones de las que económicamente pueden justificar y por tanto necesitan? En la pregunta está la respuesta. No hacérsela, el error.

 Dentro del Gobierno Central subvenciono al Instituto Cervantes, a la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (en dependencia del Ministerio de AAEE) y al Ministerio de Cultura, con ciertas funciones solapadas.

 Estoy pagando Observatorios centrales y duplicados entre sí, y duplicados por 17 Autonomías con duplicidades entre sí.

 Estoy pagando institutos de estadística centrales y autonómicos. Como si no recogieran la misma información.

 Estoy pagando una serie de organismos europeos, consejos, parlamentos, tribunales, etc.

 Estoy pagando vehículos oficiales, dietas, pisos, rentas vitalicias, una Casa Real, etc.

Cabe decir que los mercados nos enseñan que Centralizar, a veces es bueno. Por ejemplo, para realizar compras. Obtendré mejores precios en las jeringuillas, reactivos, material de oficina, etc. si centralizo todas las compras del Estado en una unidad de compra central que si las divido en 17 unidades de compra, por ejemplo, una por Autonomía. Si divido a una por hospital, o una por departamento de hospital, apaga y vámonos.

Las economías de escala son importantes, y en cierto modo se están desaprovechando. Estamos generando una desventaja competitiva que, en un sector privado que tiende a la centralización, no sería posible. Queremos gestionar la Administración Pública como el sector privado, pero no obramos igual. Aquí no hay Joint-Ventures ni fusiones, hay intereses para mantener el establishment y el status quo. Ningún director quiere dejar de serlo, ni se impone firmemente un estilo directivo sólido. Divide y vencerás solo sirve para elecciones locales. En economía, si esa división no llega eficientemente al mercado, se rompe la cadena. Y el mercado somos nosotros. De la división, fragmentación, se espera mejor servicio y mayor eficiencia. Personalmente no lo percibo cuando voy de ventanilla en ventanilla.

 El desarrollo de programas informáticos vendidos al mejor postor e incompatibles horizontalmente entre autonomías es otro ejemplo de los muchos que me vienen a la cabeza, tras leer un poco sobre el tema (informes de partidos políticos, lecturas, blogs, etc).

 A nivel legal el panorama no es mucho mejor. Con las competencias autonómicas y la Central, son 18 órganos emisores de normas y leyes. Varios tribunales, etc. Esto no facilita la estandarización legal horizontal dentro del país, y es un freno competitivo para las empresas. El resultado, más de 100.000 leyes, que no son más que trabas al crecimiento y un lastre de difícil solución.

 Estoy pagando cada vez más, pero no veo a cambio una mejora en el servicio. Si fuera una empresa privada, no volvería a comprar. Pero es una empresa pública, y estoy obligado por ley a contribuir. Dicha obligación no parece llevar de la mano ningún derecho, como el de reclamar un servicio más eficiente, limpio y mejor. Como el de reclamar programas de cuentas transparentes, sueldos públicos claros, elección de proyectos por votación popular, etc.

 Estos días he sentido en los medios de desinformación que la política no se hace en la calle, se hace en el Congreso. Pues no señor, cambiemos esto. En una legislatura ocurren muchos factores, y unos señores que gobiernan 4 años no pueden hipotecar nuestro futuro. Si quieren gobernar, que es su trabajo, que gobiernen y legislen. Pero no de espaldas al ciudadano. ¿Por qué no me presentan a principios de año una serie de proyectos y yo, como votante, elijo cuáles quiero financiar? ¿Tan difícil es? Hay medios técnicos para ello ¿Cuánto poder están dispuestos a ceder los gobernantes al pueblo?

 ¿Federalismo o Centralismo? ¿Es posible un Gobierno central sin perder la perspectiva local o regional? ¿Es posible que la democracia algún día sea el gobierno del pueblo? Son tantas preguntas de difícil respuesta. Mientras tanto, a pagar.

 Ya lo dijo Antonio Gala, al poder le ocurre como al nogal, no deja crecer nada a su sombra. Sabiéndolo, cambiémoslo.

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El salario medio

El salario medio de un país es un buen indicador del poder de su economía. Si bien intervienen muchos otros factores, es evidente que un país cuyo salario medio sea de 3000€ parece más avanzado que uno que cuyos habitantes que trabajen, dividiendo el salario anual en 12 mensualidades, cobren 300€ después de impuestos.

 

Mi propuesta sería que los políticos, sea de la índole que sea, diputados, alcaldes, concejales, etc. tengan como tope salarial este salario medio del país. Y si les parece poco, pues que peleen para subirlo. Y si no les interesa, por 1600€ muchos españoles estarían dispuestos a ponerse a las riendas del país.

 

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/graficos/abr/s4/salarios.html

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