No soy un experto en Relaciones Humanas o Laborales. Por mi formación (Licenciado en Administración y Dirección de Empresas) tengo unas nociones y bases que me permiten un buen punto de partida para poder profundizar en algún experto. He de confesar que estos temas me atraen. He leído más de una vez el famoso “Dolan”. En añadido, soy un devorador de cualquier tipo de noticia sobre este tema, blogs, tendencias, opiniones, artículos… Me interesa saber cómo retener y promover el talento, cómo favorecer la conciliación de la vida laboral y personal, la búsqueda de la productividad por eficiencia y no por acumulación de horas improductivas, cómo buscar métodos para incrementar el Capital Humano, que creo es la principal fuente de obtención de beneficios, pese a que para muchos sea sólo un coste, el de mano de obra, formación, nóminas, salarios…
Pero por encima de todo me considero observador y oyente. Me encanta oír historias sobre la gente en su trabajo, asumiendo que tienen un sesgo personal y parcial. Es siempre interesante saber cómo se ha desarrollado el concepto de las Relaciones Laborales, organigramas, estructuras en diferentes tipos de empresas, sectores, tamaños…
Uno de los temas que más me atrae es el de la motivación. Esta semana leía que España tiene el nivel de stress más alto de Europa. Este no parece ser el mejor escenario para fomentar la productividad y la motivación. Por el contrario, debería ser el mejor escenario para desarrollar técnicas de motivación y reducción del stress.
http://www.gestion-comercial.com/espana-tiene-el-nivel-de-estres-mas-alto-de-europa/
¿Cómo podríamos reducir el stress? La principal fuente de stress sin duda es la laboral. Sin embargo, el stress no deja de ser una suma o acumulación de problemas.
El mejor ejemplo es el griego. Y me explico. He leído recientemente un par de noticias que me han hecho elaborar esta teoría. La primera, una teoría, la segunda, la confirmación. Leía esta semana que debido a la crisis Helena, había problemas de desabastecimiento en las farmacias. Los impagos del Estado estaban provocando este hecho. De entre los primeros medicamentos afectados, los de mayor demanda, según leí en un foro de economía, me llamó la atención la ausencia de ansiolíticos y antidepresivos.
http://www.abc.es/internacional/20150709/abci-mercado-negro-medicina-grecia-201507081959.html
Y más cuando en un reciente estudio se comentaba que el consumo de antidepresivos en Grecia era de los más bajos de Europa, si bien dicho estudio relaciona la prescripción de antidepresivos con la percepción que se tiene de la enfermedad ‘per se’.
http://scienze.fanpage.it/perche-in-grecia-assumono-meno-antidepressivi-che-in-inghilterra/
http://bjp.rcpsych.org/content/early/2015/06/22/bjp.bp.114.156786.full-text.pdf+html
La prescripción de antidepresivos, según la Dra. Sara Evans, del Kong’s College, se incrementa cada año un 20% en Europa. Esto, sin duda, tiene que decirnos algo. ¿Somos capaces de soportar la presión social, económica, fiscal, personal? Tenemos que ser cada año mejores que el anterior, dar beneficios, rendir en casa,…
Me pregunto, ¿trabajan mucho los griegos? Es decir, todos conocemos su situación. ¿Qué podría provocar un incremento puntual en la demanda de antidepresivos? Considerando que fuera cierto este punto, que no he podido confirmar (por desgracia no hablo ni entiendo griego), ¿cuáles son las condiciones laborales en Grecia? Quiero decir, todos sabemos la situación en las últimas 2 semanas en Grecia. Problemas económicos, corralitos… Si le añadimos a una mala base social y laboral problemas de este tipo, se podría explicar el aumento en casos de depresión y ansiedad.
http://economia.elpais.com/economia/2015/07/09/actualidad/1436429663_457877.html
Como vemos, el escenario es terrible. Si tienes la suerte de no trabajar (la tasa de paro es mayor aún que en España, que ya es decir) vas a tener un empleo precario e intensivo en horas. El estudio, aunque sesgado parece indicativo (incluye empleos a tiempo parcial y minijobs, es una media pura y dura sin contar otros factores).
Por tanto, a una mala base social y laboral le añadimos problemas de liquidez, ausencia de alimentos básicos, medicamentos, etc. Lo que obtenemos es un incremento de la infelicidad, depresión y ansiedad.
Todo este rodeo para explicar que hay diferentes tipos de estrés y que la acumulación de un estrés laboral, negativo o distrés, y crónico con otros tipos de estrés negativo, sean agudos o crónicos, como el personal, académico, social o económico provocarán un incremento sostenido en la infelicidad y la ansiedad de los trabajadores, lo que va a conllevar problemas de rendimiento, concentración que derivará en errores, ausencias que derivarán en costes por absentismo, irritabilidad que generará problemas de convivencia… Un escenario dantesco.
¿Qué pueden hacer las empresas por reducir el estrés de sus empleados y evitar este tipo de costes asociados? Muchas cosas. No hablamos de aumentar el salario, que podrían hacerlo si hubiera una directa reducción de otros costes asociados. Las empresas pueden proporcionar un ambiente laboral agradable, comunicativo, creativo, que busque reducir el estrés laboral. Puede fijar objetivos claros, medibles y alcanzables. Puede ayudar a priorizar tareas, compartir las prioritarias. Puede evitar que estemos siempre en el cuadrante urgente y prioritario, como si todo lo fuera. No somos bomberos. Esto reduce el estrés laboral. Pero, ¿y los otros tipos de estrés?
Una posible solución sería flexibilizar la jornada laboral. Empresas como Grupo Santander, BBVA, Iberdrola, Cepsa, Novartis, Coca-Cola o Kellog’s lo han hecho con éxito. Estamos hablando de empresas enormes, con megaestructuras, que son capaces de realizar avances de este tipo. ¿Qué no podría hacer una pequeña empresa con ganas de innovar y atraer talento?
http://cincodias.com/cincodias/2015/07/10/sentidos/1436547699_288209.html
Porque sí, es un factor que atrae. Si pasas de trabajar en jornada partida, entrando a las 9 y saliendo a las 18h o 19h a organizarte tu jornada, es algo que puede ser muy interesante. Y ayudar a reducir el stress personal, familiar, académico, etc. El 37% de los profesionales lo sitúa entre los criterios más importantes para decidirse por una empresa
Como dice el texto, Toda la plantilla tiene ahora un horario modulable de entrada y salida: de lunes a jueves deben llegar a la oficina entre las 8.00 y las 10.00 horas y pueden salir entre las 17.00 y las 19.00. Los viernes se trabaja durante 6,5 horas, a contar desde la llegada. Se habilitan fórmulas para facilitar el teletrabajo y el tiempo de duración de las reuniones, que siempre deberán celebrarse antes de las 18.00. El objetivo: mejorar la conciliación familiar para que aumente la productividad de los trabajadores.
Iberdrola ha sido pionera en la implantación de políticas de conciliación, que afectan a 9.000 de sus trabajadores de España. “Desde que se puso en marcha la jornada continuada en 2007, la productividad ha aumentado en medio millón de horas anuales”, resume el director de recursos humanos de la compañía, Ramón Castresana. “Con esta medida hemos reducido en un 20% los índices de absentismo y en un 15% los accidentes laborales. Esto evidencia que las personas, cuando están satisfechas y a gusto en su trabajo, se comprometen más con la empresa y sus objetivos”, sentencia.
Está claro, ¿no? Reducir el presencialismo debería ser el punto nº1 de cualquier empresa que quiera no verse condenada a su propia extinción. El rendimiento marginal decreciente por hora de trabajo me parece un concepto tan claro como demoledor. No sé si debería ser obligatorio fichar y enviar los marcajes al Ministerio de trabajo… No hay que olvidar que el presencialismo no sólo no reduce los costes, aunque algunos lo crean, sino que aumenta el paro. Si dos trabajan 12 horas, nos hemos ahorrado uno de 8. Tiene un coste social evidente.
Algunos por suerte ya lo han detectado. Habrá que ver si se cumple y si funciona:
http://www.latimes.com/business/la-fi-obama-overtime-rules-explainer-20150630-htmlstory.html
Me gustaría acabar esta pequeña incursión en un mundo que no es el mío, si bien es el de todos, con otro concepto que puede generar costes derivados de la falta de confianza, temor, inseguridad, depresión, fuga de talento, absentismo… el HHC. No es la matrícula de un Peugeot, que también, es algo de lo que he ido oyendo y observando mucho. El “Hagas lo que Hagas, la Cagas”. Es un poco vulgar, pero no deja de ser gráfico y explicativo.
Es esa sensación de que hagas lo que hagas, innoves o seas tradicional, te arriesgues o no, seas claro o no, te equivocas. Esa sensación que puede anular al trabajador, desmotivarle. Suele ocurrir en escalas jerárquicas cerradas, donde los mandos superiores suelen tener temor de la gente que tiene por debajo. Se utilizan este tipo de técnicas, conscientemente o no, para mostrar continuamente esa superioridad jerárquica y no real, bien sea en cuanto a conocimiento, aptitudes y/o actitudes.
Supongo que en algún momento de vuestra vida habréis tenido esa sensación, y no sólo en el trabajo. Os recomiendo realizar algún curso de inteligencia emocional, que puede ser de utilidad en estos casos. Es un tema que me atrae, y un tipo de inteligencia que en general brilla por su ausencia en la sociedad actual, junto con la ética. Por suerte, ambas pueden ser aprendidas y mejoradas.
Os dejo un enlace interesante que puede ser de utilidad si os sentís identificados. Recordar que no cumplir las expectativas de alguien quiere decir exactamente no cumplir sus expectativas, simplemente quizás estamos en el entorno equivocado. Si no podemos cambiar una variable, habrá que cambiar el entorno. Lo que no hay que hacer es vivir frustrado o sintiendo que no somos válidos, porque seguro que lo somos y hay alguien que te valora:
http://www.lanacion.com.ar/1711560-resiliencia-o-como-hacer-para-superar-las-derrotas-laborales
Espero, como siempre, que haya sido de vuestro interés y agradezco vuestros comentarios. Tened piedad conmigo, que sólo soy un simple aficionado!
Saludos y gracias por leer hasta aquí.